En las avenidas 33 y El Poblado, las labores de limpieza, sembrado de jardines, pintura de calles y obras de embellecimiento, fueron constantes en los últimos días. /Fotos Juan Gonzalo BetancurPor Laura Marcela Bolívar E.
OPINIÓN. Me parece de suma importancia que todas las personas de Colombia, pero sobre todo de Medellín, estemos al tanto de lo que será la reunión del BID (Banco Interamericano de Desarrollo), pues aunque algunos se quejen un poco por las dificultades para la movilidad en las calles y, sobre todo, por lo que el alcalde ha decido hacer con la ciudad, no podemos negar que ésta es una oportunidad maravillosa para que muchas personas se den cuenta de lo que tenemos aquí: que no somos la selva peligrosa y horrorosa que todos en su ignorancia se imaginan.
Esta es una manera excepcional para poder brillar, para poder dejar la mejor imagen, para poder hacerles entender a muchos otros que no porque vivan en un país desarrollado son mejores que nosotros: aquí también trabajamos, también luchamos por salir adelante como ellos lo hicieron alguna vez, lo siguen y lo seguirán haciendo.
Lo que no podemos negar es que las autoridades han hecho en la ciudad algo que deberían hacer siempre. Y no sólo para impresionar a los grandes personajes que vienen para la asamblea del BID. Todos los días deberían arreglar las calles, tapar los huecos, pintar las barandas de los puentes, etc.
La ciudad no sólo debe arreglarse cuando alguien importante viene a visitarla, eso debe ser una labor del día a día. Es como en nuestra casa, que no sólo debemos arreglar, limpiar y renovar cuando hay algún visitante que queremos impresionar.
Debemos cuidarla diariamente porque es nuestra y nos importa, porque no nos gusta vivir en la inmundicia, en el desorden, en el caos. Así de importante es la ciudad, precisamente porque es nuestra y la queremos es que debemos cuidarla día a día sin necesidad de impresionar a nadie, sólo a nosotros mismos.
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